Gaby Gardez no pudo esperar a llegar a casa… estacionó, se abrió el pantalón y empezó a tocarse ahí mismo, dentro del auto. Sus gemidos suben mientras se frota con desesperación, mordiéndose los labios y jadeando fuerte hasta acabar empapada en el asiento. Una escena sucia, intensa y 100% real que te va a poner bien duro. El volante no fue lo único que se mojó…